Montilivi se viste de gala para recibir esta noche al Barcelona. El estadio gerundense albergará por primera vez en la máxima categoría del fútbol español un derbi catalán y con el equipo azulgrana como protagonista. El lleno está garantizado y la fiesta en Montilivi también. Un partido que no estará exento de un fuerte componente político en el marco de la gran tensión que se vive en Cataluña. Girona es feudo independentista y tendrá su reflejo en el estadio.

El Barça busca proseguir con su fiesta particular en el terreno meramente deportivo. Andan los de Valverde con la autoestima por las nubes. Dos factores secundan el optimismo. Por una parte, la buena racha del equipo azulgrana que cuenta con triunfos sus partidos en la Liga. Encabezan la tabla en solitario con esos 15 puntos que le alejan, y este es el segundo motivo de alegría, en siete puntos del Real madrid. Una cifra inimaginable para las cinco jornadas que han transcurrido.

Barcelona ha pasado de vivir una auténtica hecatombe, tal y como la ha descrito el propio técnico, a un estado de máxima satisfacción. Ni la lesión de Dembélé empaña el entusiasmo de la culerada. Todos son conscientes que la dependencia de Messi es total, con lo bueno y lo malo que eso conlleva, pero la aparición de futbolistas como Paulinho o Denis resolviendo partidos apoyan las tesis optimistas.

El Barcelona buscará aumentar la ventaja respecto al Madrid sin olvidar a Sevilla y Atlético que se enfrentan entre sí. Y esta vez tendrá la ventaja de saber los resultados de los otros partidos. Valverde no piensa reservar a nadie y jugará con el mejor equipo. Lo dejó claro en la rueda de prensa.

No será un partido fácil para los de Valverde. Aunque el Girona tan solo ha podido conseguir una victoria en tres partidos en su estadio, la imagen no ha podido ser mejor. El primer enfrentamiento ante el Atlético de Madrid, el equipo de Machín consiguió tumbar el muro de Simeone durante la primera media hora, pero incluso con un hombre menos, el Atleti logró empatar el partido en las postrimerías del mismo. La afición se fue feliz, pero con la sensación de que habían dejado escapar dos puntos importantes de cara al futuro. En el segundo partido ante el Málaga, los de Machín no tuvieron la misma soltura, pero tras una jugada a balón parado, Alcalá anotó el gol que le daría los tres puntos.

El último partido en Montilivi fue contra un Sevilla que creó bastantes ocasiones y finalmente se llevó la victoria. El equipo salió a dominar, pero la falta de pegada hizo que el buen juego desplegado no tuviera recompensa. El Girona ha demostrado que sabe jugar ante los grandes.

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