Un partido muy físico y con cambios de ritmo constantes, para esto se debe preparar Colombia ante los dueños de casa.
Ya ha quedado atrás la época en la que al fútbol de los Estados Unidos se le catalogaba como "amateur" y poco competitivo, con la MLS en auge y varios juveniles proyectándose en el viejo continente, la selección de las barras y las estrellas llega a la copa con tintes que le pueden dar favoritismo.
Primero está la juventud, Klinsman se la ha jugado por jugadores por debajo de los 23 años en un 80%, lo cual le da un tanque de oxígeno virtual en todas las zonas del campo. La presencia de jugadores como Christian Pulisic (17 años), figura del Borussia Dortmund, convierte a los locales en un equipo rápido, fresco y de mucho cuidado.
La segunda arma que tienen los dueños de casa para enfrentar a la Tricolor consiste en sus figuras consagradas, nadie puede negar que la presencia de Brad Guzan y Tim Howard en el arco, representa un elemento de seguridad garantizada para el elenco estadounidense.
En la delantera no se quedan atrás respecto a experiencia, Michael Bradley, Jermaine Jones y Clint Dempsey son una constante amenaza para cualquier defensa, por lo que Ospina y compañía tendrán que trabajar arduamente para frenar los avances del rival.
El tercer elemento, pero no el menos importante, es el apoyo de todo un país, que si bien no se identifica al 100% con el fútbol, si ha aprendido a apoyar a su Selección y a convertirse en el jugador número 12 del equipo, lo anterior empuja, alienta y moraliza a un equipo que sabe que tiene un compromiso con su hinchada.
El plus: el proceso de Klinsmann ha tambaleado desde hace algunos meses, sin embargo la Federación de Fútbol Estadounidense le ha dado un apoyo "condicional", que implica un compromiso del alemán, o da resultados o se va.



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