Barcelona abrirá mañana en el Camp Nou las semifinales de la Copa del Rey con el rol de claro favorito ante un Valencia herido, y en estado permanente de convulsión. La eliminatoria se presenta aparentemente desigual, pues a la categoría del actual campeón del torneo cabe añadir el pésimo momento que atraviesa su rival. Pero la Copa es proclive a las sorpresas y además el Valencia jugará la vuelta en su campo.

Puesto que los resultados no admiten dudas, el único motivo de preocupación en el entorno del Barcelona se centra en la cuestión física. Producto de un intensísimo calendario, el equipo pareció cansado en las últimas semanas, como sugirió el partido del sábado, cuando el elenco azulgrana sufrió para ganar 2-1 a un Atlético de Madrid que terminó con nueve jugadores.